En el tercer juego de la serie mundial, celebrado en el Citizens Bank Park de Philadeplhia, Pennsylvania, los Phillies se impusieron 7-0 sobre los Astros de Houston, para así tomar ventaja de dos juegos a uno en el clásico de otoño.
Desde el 2009 los Phillies no tenían un juego de serie mundial ante su afición y hoy les regalaron un partido muy completo tanto en el pitcheo como a la ofensiva, fue una actuación redonda que anuló en todo momento a los visitantes.
Las siete carreras del juego llegaron por la vía del palo de vuelta entera, en total conectaron cinco bambinazos los Phillies, mismos que fueron por parte de: Harper, Bohm, Marsh, Schwarber y Hoskins.
El pitcheo abridor estuvo a cargo de Ránger Suárez por los locales, quien a la postre fue el pitcher que se llevó la victoria, mientras que por la visita, Lance McCullers fue el encargado de saltar a la lomita, pero se llevó la derrota, después de una terrible apertura, ya que permitió todas las carreras del juego.